lunes, 23 de enero de 2012

Lujuria

El Greco




Con esta canción animaban la persecución a mis padres. Año 71, Colombia padecía hambre y sed.

En el territorio había todo tipo de forajidos: cuatreros, guerrillas urbanas, campesinas e indígenas, musulmanes, contrabandistas, gentes del boom marimbero, fabricantes de licor adulterado, brujas y hechiceras, bananeros, fascistas, francos, espías rusos, suecos, circos y hasta huelguistas. Pero aunque sin Dios ni ley, hubo acuerdo en el saloon, “los güeros hablar poco español” y la emprendieron a punta de puyas locas y carnaval. Y todos se beneficiaron de El Dorado y pulularon los hallazgos de guacas indígenas sin que en la administración de impuestos y aduanas se viera un centavo. Más de un notario se enriqueció ajustando la ley de herencias. Y las familias se enfrentaban por la fiebre dorada.




La mula revolucionaria



Descifrar a mis padres es un poco complicado, ella una gran “signora”, proveniente de una familia cultivadora de uvas y fabricante de champañas, sobrina nieta del Duce, prima de califas … (persisten las minas de Muzo), cantante activista, castrista, cayó en el aeropuerto de Guayaquil cuando volvía de unas vacaciones. Y él, ruso y gitano, abandonado por sus mujeres, acompañado de una niñita a quien olvidaba alimentar en el fragor de su aventura, y a nombre de quien firmaba contratos con los artistas del momento, a quienes representaba, patrocinados por sus juguitos californianos, y presentados en las discotecas play de sus amigos.







Casi 15 hijos en toda América Latina, y no heredó, construyó dos estadios, un viaducto, 4 barrios en Bogotá: Santa Bárbara, Santa Ana, Bosque Izquierdo y Colina Campestre, Cabecera en Bucaramanga; 2 centros comerciales en Cali, Imbanaco y Chipichape, según dice la tradición oral que le incautaron; y como por no dejar, avioneta y Cadillac, de seguro que lo recuerdan en Chrysler y en Luftansa, como uno de sus más fieles compradores. Unas minitas, de sal, empacaban la coca en bolsitas; de cal, exportaban, nunca cultivaron, eran nómadas; alguna mina de esmeraldas, para que las mujeres se entretuvieran en su joyería; y la explotación del oro que tomó una fuerza descomunal atrayendo a gentes y gentes de todos los confines del país, papá era exagerado. Huérfanos se quedaron el pavo real y el trigrito que habían hecho traer de Malasia.




Por supuesto que hubo un buen vecino que avisó a las instituciones de protección al menor, aunque no todo sale como se espera. El día de la captura, papá y yo huíamos en un tren; habíamos tenido un mal día con los suecos, nunca pudieron llegar a un acuerdo sobre el precio de un cargamento de armas que les había prometido. A la entrada del juzgado, Don Leo, venía cocinando a unos españoletes, me ha dejado a cargo de una prostituta.


http://www.youtube.com/watch?v=Xe3WeN0mvfM&feature=related
Que en dónde me dejo? En el camino a Winsconsin!




Luego de un par de días de sones y teteros anisados, ha aparecido la comunidad de gitanos más cercana, una familia dedicada al pastoreo. Dizque a reclamarme, como quien pide un saco escolar perdido en el coso del colegio. Y llegaron con incienso, mirra y oro … Traían a mi hermanito de 2 años desde Quito, no fue planeado en Woodstock, nació el año siguiente, en abril y en La Habana. Él es igualito al papá, pulcro al vestir, cuidadoso con sus cuentas!

En el camino, el pelaito al que me habían encomendado me pierde por irse detrás de alguna oveja perdida. Era negra, de más. Con la premura de la huida, temían que los vincularan a las investigaciones, jamás regresaron.

Y vea pues que aparece un “buen pastor” que me refunde entre la masa. Me ha recogido la policía de Soacha, había sido abandonada entre una bolsa de basura. Salí en el noticiario de las 7:00 ¡Mamá, estoy triunfando!

Cuando uno pasa 3 días con frío y hambre y sobrevive ya no se suicida!

Días después de la adopción, comenzaron las vendettas palaciegas. Mi mamá adoptiva murió sin saber en lo que se había metido. Los medios no dudaron en hacer el eco pertinente, como si tuvieran algo que ver.

El show siempre debe continuar.


Y al revés.


De nuevo.


Y concluyendo.







Entretanto papá fue llevado a Gorgona, una isla cárcel en el Pacífico, en donde casi enloquece. Dicen que bautizó una Hi-co-tea con mi nombre, el que él me puso antes de ser adoptada: Margarita. Y que terminó sus días hablando de zombies, platillos voladores y abducciones extraterrestres. Papá era inquieto por la ciencia y la tecnología, solía llamarme Nicola, por Tesla; y también Nikita, presintiendo la guerra fría.

Pero era un buen tipo, noble. Ni siquiera fumó marihuana. Se paseaba acompañado de un gurú gritando arengas de paz y amor y apoyando las causas de izquierda en América Latina. Y era igualito al hijo, ordenado con sus cuentas, escrupuloso en su vestir.
El 4 de julio, día de sus cumpleaños, fue la última vez que lo vieron en Colorado, el estado que lo vio nacer. Huyó achantado, víctima de la mala prensa y la publicidad. Luego se convertiría en una tradición familiar. Es sorprendente la cantidad de primos entre las estrellas. Todos obsesionados con construir la casa en el aire prometida.
Dicen que ese día, decidido, tomó las llaves de la avioneta de su papá y viajó a Panamá. Huyó con los amigos rusos que tenían una banda de rock. Triunfaron en la radio comercial como cualquier capitalista. Camine como si llevara marihuanita.


A su llegada a Colombia les dan un perro y todo el mundo se hizo el marica.





Luego Quino los inmortalizo!




Fue tal el éxito que papá se convirtió en productor musical. Se aficionó a montarles banda a todos los amigos de colegio. Los presentó hasta en Japón. A los papás de los amigos rusos, luego los agarraron espiando y la CIA les montó oficina. Al siguiente año apareció un grupo con el mismo nombre y músicos pro estado. Nunca los volvieron a ver, como si se los hubiese tragado el mismísimo Soyux!





http://www.youtube.com/watch?v=eDlEGHju8JU&feature=related







Que vaina, crecí frustrada a la sombra de mi papá, sin éxito y sin dinero.
Crecí con el culito al aire pero limpia.  Para no olvidar. Larga vida a Don Leo, el gran sol resplandeciente que me dio la vida, aunque no de comer.






P.S.1. http://es.wikipedia.org/wiki/Alas_Equipo_Colombia
P.S.2. No lo puedo creer, estas ideas las envié yo ...

http://www.youtube.com/watch?v=xCR9DnBaoac&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=XzXgvC1fKBI&feature=related

Habrá que buscarlas en Español para ver qué le cambiaron.




sábado, 21 de enero de 2012

Mucho oro y poca perla




Dicen que soy una bomba gay pero yo no me dejo engañar, soy un proyecto de arma química, una investigación no letal, que la fuerza aérea especuló producir.

Una arma afrodisiaca, desagradable pero necesaria. las tropas enemigas ya no vendrán, sus comportamientos homosexuales descubrirán.
Consume feromonas en lugar de alcohol, colmenas insaciables por montón. El laboratorio Wright será la sensación, Sunshine Project, aquí ya voy yo.
Premio nobel 2007, a la mejor investigación. Que buen aporte a la humanidad! Dicen que soy un arma gay, los soldados enemigos irresistibles serán, chicos insaciables nos perseguirán.
Oops, dije algo anormal? Que importa si la Fuerza Aérea no quiso participar en la ceremonia de entrega de la Universidad de Harvard, todos la pasaron muy bien en los experimentos, a mi me da igual.

http://www.sunshine-project.org/

http://darksuns.wordpress.com/2011/03/13/sunshine-project-la-bomba-gay/






No hay invento más estúpido que la bomba atómica. Mi padre se pavoneaba por las playas de Lancheros y Juanchaco diciendo que yo era su cero.

http://www.youtube.com/watch?v=mVTW_-C014o




Años atrás había peleado con su padre porque no quería ser militar como ya era tradición en su familia. El abuelo era un veterano de guerra que en sus mejores días había participado en la preparación de los vuelos que arrojarían la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki. Enola Gay era el nombre del avión y Harry Truman, el del infame. Luego de los hechos de Nuremberg y de varios incidentes con los japoneses quienes habían amenazado a la familia, fue echado como un perro a las calles de Boston, como cualquier polocho a perseguir a los hombres de Caponne. No imaginaba tal ingratitud del gobierno norteamericano que apenas le había designado una modesta pensión, cuando él se veía como un héroe de la nación y no como los traidores que habían decidido apoyar el escape de nazis y fascistas hacia América. Miraba con desdén a los hombres del alcohol, veía como impunemente negociaban con los políticos de turno y filtraban toda la democracia de aquel gran país al que un día llegó convencido de que era la tierra de la libertad y las oportunidades.  La abuela recordaba antiguas canciones de su natal Rumania, mientras el abuelo recordaba cómo se habían conocido en Roma antes de viajar a América huyendo del fascismo. Él no sabía muy bien si la Fuerza Aérea le había encomendado tan importante labor por sus destrezas como ingeniero, o sí como en todas las guerras, lo habían echado a la olla por su origen gitano. La abuela recordaba Verona, como si ella misma hubiera participado de la historia de Romeo y Julieta. Luego se harían panaderos, pero eso es harina de otro costal. Matemático, el abuelo era un gran matemático. En los días previos a la bomba había conocido a Einstein con quien discutía sobre la pertinencia o no de construir tal artefacto. Ahora miraba con desdén a los muchachos peleando en la acera. Odiaba tanta pobreza.




http://www.youtube.com/watch?v=oHySvxR1fqg

Mi padre nació en el 46, y fué dado de baja en el 76, era un cáncer pero se llamaba Leo. Ya desde pequeño jalonaba carros en la calle. La abuela mandó a construir senda carta astral para él, le vaticinaban un futuro decisivo, no imaginaba cuánto. Lo bautizó Leo como el gran sol resplandeciente, decían que con una sola sonrisa obtenía lo que se propusiera. Era un hombre de una gran persuasión y confianza. Con el dinero que obtenía de vender las autopartes, gozaba visitando antros de mala muerte y casas de lenocinio. Era un encantador de serpientes. Pero el abuelo era más fuerte y como un toro que era se empecinaba en enseñarle todas las técnicas militares. Papá pensaba que era un desgraciado y como cualquier mortal, la abuela creía que era un Dios, tuvo que ir a meseriar en un casino del señor Caponne, muy popular en aquella época, llamado Manhattan. Aún no se conocían sus andanzas y el notable empresario vió en él a un pupilo de quien tenía grandes expectativas. Lo quiso como a un hijo y le enseñó todo lo que sabía. Muy pronto se convirtió en su hombre de confianza, admiraba sobre todo sus contactos en la milicia, Caponne no sabía muy bien por qué, pero encontraba un gran futuro en la industria militar, no tardó en hacer sus inversiones.
 
Y entre coctel y coctel, se volvió experto en la cata de vinos, mi gran padre Leo compartía con sus amigos de aventura, Frankie y Jhonny. Frankie, un yugoslavo de visita en la ciudad y Jhonny, el hijo de un policía, y quienes tenían una relación, cuando conoció a mi mamá.