viernes, 16 de marzo de 2012

Y los cogieron jugando Scrabble


Santa Bárbara de los 60’s seguía la tradición de las familias típicas estadounidenses, escogiendo los modelitos de los catálogos de Sears, leyendo la Reader´s Digest, vistiendo su saquito Lacost y su camiseta tipo polo. De vez en vez, algunos chicos no respondían al requerimiento de asistir al paseo del 25 al Lago, el muy colombiano picnic, con su cestita, su mantel, su Pepsi en botella original y todos los aditamentos para el asado, ¡qué pereque!, pero era entendible, socializaban con sus amiguis en Unicentro y con la novia super wow, de llavero.


Hasta que se secó el lago, construyeron los barrios residenciales del norte de Chapinero, e incluso, la familia de Mariano Ospina Rodríguez, que tenía su casona en toda la esquina del parque de la 60, vió como comenzaron a llegar unos tipejos de lo más espantoso. Hasta el jardinero quedó horrorizado al ver cómo se iban transformando sus bucólicos paisajes de pinos redondeados en una sola selva de cemento. El parque se llenó de marihuaneros!
La familia presidencial venida a menos, antes eran dueños de casi todas las casas inglesas de la 34, fabricaban con rabia sus chapines. La bota ortopédica para el liberal, acompañada de la gafa rusa de marco negro y grueso, como las de Alfonso López; el zapatito blanco de bebé que acompañaba la Nestum tradicional y las compotas marca Gerber, babeaban de la dicha!; el mocasín con moneda inglesa y bandera para los abogados del Rosario; mocasín con nickel para los ejecutivos de la javeriana; el zapato Verlon para los profesionales de la Nacho; el tenis Croydon colegial; los North Star, las niñas con colita de caballo, para los que seguían el cuento de la familia de Bolivar que aún no terminaba de entrarles del todo, - mejor que vivan en La Soledad del poder -; y por supuesto, el Coca-colo para los chivatos que habían ocupado el peatonal.
Todavía hoy algún Ospina se defiende diciendo que no estaban pasando por la mala, que era puro cuento, que los injuriaban, porque que dizque que ellos fueron los primeros en cambiar las tejas de barro por la teja de plástico Ajover tradicional, a “la que no le pasan los años, únicamente la luz”. ¡Ala, que chivatos tan cascarrabias!
Y entre los jóvenes se fueron con el tiempo integrando eufemismos como: “que llegaron los bárbaros”; que “ojo con los choco-chéveres”; y cuando los tenían de frente,  “bacano mi hermano, con golpecito en el brazo”.
Que intolerancia, homme! Bienvenidos a Bulgaria!
Entre tanto en los barrios altos de Chapinero, las gentecitas apostaban a ver cuál iba a ser el más guapo. Y ni siquiera vendían Marlboro, sólo Presidencial, Imperial y Pielrroja!
Los otrora hombres Marlboro habían quedado ilegales el día que Ronald Reagan subió a la presidencia de los Estados Unidos.


Los liberales que iban llegando de a puchos al barrio La Soledad, solo tomaban Red Bull, ahorraban toda la semana lo de la mesada, dizque porque eso les daba prestigio! Salían para la U con su vestidito de rayón de tiza, ya desde esa época comentaban la pedagogía escolar de la lengua, la tiza y el tablero; y los más osados, se atrevían incluso a inscribirse en el Rosario para ganarse su diploma con firma alemana. Eso se llama Audacia!
El resto de la comunidad prefería vivir sin afanes y sin ostentación. Construyeron sus casas tipo Estralandia llegando al Neusa, muchas con su convencional techo en lija, negro, verde o azul, para identificar a sus ocupantes. Con hermoso piso tipo dálmata en Mármol, su fachada en piedra, chimenea, infaltable, y claro, su ojo biónico en la puerta para la seguridad.
Todos los terrenos del norte de la ciudad hasta la 170 eran de ellos. El día de su captura todavía reviraban que lo que ellos tenían eran 18 vaquitas, y cuando los cogían en flagrancia, que cómo se le ocurre, que lo suyo era la industria farmaceútica. Y que además eran constructores, educadores, filántropos e impulsores de la cultura, - ¡vea cuántos libros!-

No se salvaron de la incautación ni los grilles con sus músicos de traje suizo internacionales a bordo, acordeón incluído, hasta los instrumentos fueron dados en donación, y  dicen que ese día hasta se inventaron el vallenato!
¡Eso es Astucia! Cómo se les ocurre coger el acordeón para el vallenato. Hoy nos educan con flauta dulce, de la misma marca, y más barato. Y en los colegios no hubo expansiones, hasta los tubos Moore se quedaron sin instalar.  Al pobre Roger le tocó contentarse con jugar Guerra Fría.


Mi familia sólo llego en los 70's al barrio La Soledad, ni los vimos empacar, y compramos con UPAC, invento de la época para distribuir los bienes a muy buen precio, mientras que las empresas y colegios comenzaron a ser administrados por Cooperativas, dado que los empleados no tenían todo ese jurgo de dinero para comprarlas. Así fue que mi abuelo se hizo a unas accioncitas de la empresa.

No convenció a las autoridades con decirles que la fábrica era de cerveza y que en los Estados Unidos el negocio del licor era legal. – ¡Nada, el licor viene con los bares y san se acabó!-
Ese día, Santodomingo Sabio, se trajo la franquicia de Coca-Cola por precaución. ¡Al burro no lo capan dos veces! Viajó al presidente Kennedy en su recién adquirida aerolínea SAM quien como parte de la Doctrina Monroe suscrita con Colombia, colocó la primera piedra del barrio que lleva su nombre. ¡Qué dicha, al fin los obreros de los barrios populares, que habían llegado luego del cierre de las  canteras de la 170 iban a poder estudiar en el norte, y los políticos costeños, ya iban a tener urbanizaciones que feriar entre sus representantes de pelo engominado, recién llegados a ocupar sus curules luego del Frente Nacional!

Los del chocolate, el brownie la salsa de mora y la piña, fueron ubicados en un sector que entre nos, se llamó República del Ecuador, mientras que los que venían con los duros fueron ubicados en Babilonia; claro, para los costeños era como llegar a Egipto; y los socios de mi papá enviaban amenazas desde el Perú.
Oiga, y esas cintas?


No le hagan bulla a los cinemas, que no somos girasoles.


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